sábado, 4 de agosto de 2012

Miedo


Cuando el miedo apareció de repente y sin avisar, paralizó todos mis sentidos. Habían pasado años desde que la vida parecía haberme sonreído y me habían sucedido cosas maravillosas -excepto por los últimos meses, claro, pero jamás pensé que volvería a caer tan hondo-.

El miedo consiguió invadir cada átomo y molécula de mi cuerpo otra vez. Y, en lugar de afrontarlo, huí como una niña pequeña huye de los fantasmas. Todos los que han sentido el miedo calar hasta sus entrañas y anular cualquier pensamiento positivo entenderán esto y sabrán que si eso pasa, estás perdido. Bueno, yo lo estoy, pero solo hace falta estarlo para conseguir encontrar la salida, encontrar de nuevo el valor.

Lo peor de todo no solo es sentir miedo, sino tenerle miedo al miedo.

jueves, 15 de marzo de 2012

Mensaje para toda la humanidad

No podeis moriros sin haber visto este vídeo ni sin que os haya removido algo en vuestro interior. Si no os remueve nada, tenéis entonces un serio problema.

martes, 21 de febrero de 2012

Días rojos

—¿Conoce usted esos días en los que se ve todo de color rojo?
—¿Color rojo? Querrá decir negro.
—No, se puede tener un día negro porque una se engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué.
Desayuno con diamantes.

miércoles, 11 de enero de 2012

Mi 2011


Este último año ha sido uno de los más importantes en mi vida. Empecé la universidad y eso conllevaba dejar atrás una etapa no muy buena de vida para alcanzar otra mucho mejor. En esta nueva etapa he conocido personas maravillosas que siempre voy a recordar y voy a querer, aunque pasen muchos años. No todos los amigos que conoces en la vida se quedan siempre,
pero los buenos sí lo hacen.


lunes, 9 de enero de 2012

Secretos

Dicen que la mayoría de las veces se puede descubrir e identificar entre las palabras de un escritor todas las piezas y personas que componen su vida, a qué tiene miedo, qué es real y qué es ficción. Todos sus secretos pueden ser desvelados.

Yo no me considero una escritora, pero si no tuviera secretos, no escribiría.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Si necesitas con todas tus fuerzas sentir pero hay algo te lo impide, siente. Haz aquello que quieras sentir. ¿Qué sería de la vida sin esos impulsos?

lunes, 5 de diciembre de 2011

Las formas de la felicidad


Creo que la felicidad puede presentarse en la vida de diferentes formas y en cualquier momento. La satisfacción de darse cuenta que has superado una etapa difícil de tu vida y que ya a penas duele es una de las mejores formas de felicidad que existen. Es como cuando escuchas esa canción que hace años te hacía romperte en pedazos y llorar con cada maldita nota y ahora puedes sentirte tan sencilla y maravillosamente bien, pudiendo sentir que esas ganas de llorar ya no están y no van a volver porque has conseguido ese equilibrio que te permite sonreír y recordar aquellos momentos como algo que tenías que vivir en tu vida para aprender, madurar, seguir adelante y ayudarte a ser mejor persona.

Recuerdo que una vez escribí que las lágrimas son sonrisas que no hemos podido alcanzar. Ahora creo siempre podemos dibujar una sonrisa verdadera en nuestro rostro. Y da igual si estamos rotos por dentro o si pensamos que nunca más vamos a poder seguir adelante, porque el poder dibujar esa sonrisa y el poder seguir adelante está en nosotros mismos, en quererlo con las suficientes fuerzas para que se haga realidad.

domingo, 10 de julio de 2011

Me gusta...

...el olor a tierra mojada, el silencio de las gotas de lluvia al recorrer y empapar mi piel, los gofres de chocolate, la playa en invierno, los fuegos artificiales.
Me gusta gritar, imaginar cosas que nunca sucederán (o sí), poner banda sonora a mi vida mientras voy por la calle, dormir hasta las tantas, trasnochar, fotografíar cada instante, escribir hasta que mi corazón reviente, recorrer cada rincón del mundo, irradiar, brillar...
Me gusta el placer de comerme un magnum de doble chocolate cuando todo alrededor se está derrumbando, y me derrumba a mí también.
Me encanta luchar, reír hasta llorar, saltar, lanzarme al agua, salir del vacío, sentir las sonrisas de mis amigos, que se me erice la piel, que ocurra algo mágico y especial un triste y aburrido domingo, que me llamen cuando menos lo espere, que me digan que me necesitan, que me quieren, que me echan de menos.
Me encanta enamorarme de la vida.
Me encanta vivir.

domingo, 29 de mayo de 2011

De vuelta

Después de semanas intensas en la universidad, llenas de exámenes y trabajos, ya vuelvo a ser persona y puedo disfrutar de nuevo de la vida social y de mi tiempo libre, así que aquí me tendreis más a menudo actualizando este rinconcito.

Hoy, mi amigo Fran (quien también tiene blog, muy interesante por cierto, así que si os quereis pasar haced clic aquí), ha creado una página de Facebook en honor a este blog. Quiero darle las gracias y aprovecho para decir que me gustaría y me haría mucha ilusión que os unieseis: La chica que se perdió en su risa. Cada vez que actualice o tenga cosillas que deciros, se publicará en esa página de Facebook.

Por otro lado, y siguiendo el hilo del tema de las redes sociales, hace poco también crée una cuenta en Tumblr. Los/las que tengais, me gustaría que me lo comunicaseis a través de un comentario porque me gustaría mucho seguiros. Y para los que querais contactar conmigo más de cerca, que sepais que me he cambiado de Facebook. Ahora es este: Sandra Orellana. Y mi nuevo correo es: s.orellana1990@gmail.com

Esto es todo por hoy, y dentro de poco más.

¡Un abrazo a tod@s!

martes, 19 de abril de 2011

domingo, 17 de abril de 2011

El día más frío de mi vida


Me besaste y en ese instante pude saborear los segundos más amargos de toda mi vida. Supe que aquella vez era distinto. Supe que aquel no era un beso como los del principio, llenos de dulzura y de pasión; pero tampoco como los últimos que me dabas, ausentes de magia y esperanza.

Me besaste y en ese instante todo se congeló: el tiempo, tu mirada, mis labios, tu mano izquierda en mi cintura, mi piel, tu mano derecha en mi cuello, mi corazón, tu boca... Y todo pareció de manera surrealista una de esas típicas escenas de película en que todo se vuelve entre azul y gris y no queda nada más que un instante congelado en el tiempo.

Me besaste y antes de marcharte apoyaste tu cabeza sobre la mía, me acariciaste los labios y diste lugar a lo que se convirtió en el día más frío de toda mi vida.